
Medios de comunicación tradicionales y nuevos: hacia la convergencia
La aplicación de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación a los medios tradicionales ha modificado profundamente sus históricas características acercándoles cada vez más, al carácter que de verdad han de poseer en el contexto de la sociedad de la información: inmediatez y veracidad
La prensa escrita.
En el caso de la prensa escrita, podemos situar sus orígenes junto con el nacimiento de la imprenta de Gutemberg allá por el siglo XV sin embargo no es hasta el siglo XVIII cuando ciertamente surge la prensa escrita tal y como hoy la conocemos, una combinación de textos creativos y publicitarios con una periodicidad diaria, o al menos de cuatro publicaciones por semana.
A lo largo de todo ese tiempo la prensa ha pasado por diversas fases que la han ido configurando hasta lo que es en la actualidad, un camino marcado por un objetivo doble: la aceleración y mejora de la producción y calidad por un lado, y la reducción de costes por el otro.
Medios audiovisuales: radio y televisión.
Los medios audiovisuales por el contrario, presentan como una de sus mayores ventajas la inmediatez del servicio. El mensaje radiofónico o televisivo se transmite de forma casi instantánea desde el emisor hasta el receptor (oyente o espectador) y secuencial (unos tras otros), por lo que también son fugaces, pues una vez emitidos se pierden, unidireccionales, pues no permiten la interlocución con el receptor, inmediatos, pues entre emisor y receptor no median otros aspectos que los meramente técnicos, y simultáneos, pues un mismo mensaje puede ser enviado de forma simultánea a través de varios medios.
Con todo ello es lógico pensar que radio y televisión tienen un mayor alcance que la prensa, en tanto que llegan a un mayor público, especialmente la radio, que permite la realización simultánea de otras actividades.
TV e Internet, ya inseparables
Un ligero vistazo a nuestra realidad corrobora esta tendencia: periódicos en internet, internet en los televisores, retransmisiones de televisión y radio en internet, internet en móviles y tablets, y un largo etcétera. Sin contar la importancia de la red, por ejemplo, en televisión: el share social (o impacto de un programa, serie, película en las redes sociales medido, en esencia, por el número de comentarios producidos de forma simultánea a la emisión) ya es al menos tan importante como la audiencia en sí y determina, entre otros aspectos, el precio de la publicidad en los medios.
La digitalización de contenidos, la tendencia a la fusión empresarial así como la tendencia de las empresas de comunicación e información a diversificarse hacia otros soportes constituyen los ejes de esta convergencia tecnológica, comunicativa e informativa que nos permite acceder a mayores contenidos, de mejor calidad (al menos técnica), desde cualquier lugar, de forma casi simultánea y sincronizada: es la Sociedad de la Información.